Signos y símbolos pierden a veces su significado por el camino del tiempo,
pero permanecen no obstante exigiendo su derecho de existir, como si ellos esperaran que alguien los libere de su letargo,
dándoles una nueva existencia significativa rescatando su poder de sugerencia.

Signos y símbolos tendrán ahora una revalorización estética. Su belleza formal es traducible a un idioma poéticamente gráfico. Jeroglíficos y petroglifos esperan a veces milenios la  posibilidad de
ser comprendidos y de este modo poder establecer un diálogo con sus  observadores.
Signos y símbolos crean en nosotros una tensión que se prolonga
en la espera de una respuesta sin tiempo como un mensaje lanzado al espacio sideral.