A partir de sus raíces culturales latinoamericanas y usando la tradición pictórica europea 
Ruben Herrera desarrolla un lenguaje propio.
Herrera es un convencido de que nada en este mundo está absolutamente determinado definitivamente,
un paisaje puede transformarse en una figura o viceversa; todo es cambiable y puede ser parte y todo al mismo tiempo.
De este modo el principio puede ser final o a la  inversa.
Las series de xilografías de Herrera son una búsqueda dentro de las posibilidades expresivas  de esta técnica,
una combinación de estudios formales y de siluetas.
Estas últimas dejan entre sí formas que pueden interpretarse como plantas o como frutas.
Es una búsqueda hacia la forma y el contenido, un tema que retorna siempre en la obra de  Ruben Herrera.